lunes, 29 de octubre de 2018

May be

May be

No recuerdo bien las veces que he llorado por tu causa, no quiero tal vez. ¿Se puede (intencionalmente) sufrir tanto?
No es que importes mucho para el universo, aunque reconozco que para mí, en su momento, fuiste el único universo subyacente. Ahora que me lo pienso bien, no eres nada, aunque fuiste todo. Soy el producto de tus ansias, de tus deseos, soy lo que quisiste hacer de mí y soy lo que permití que hicieras.
Decir que no te quiero sería estúpido, sonaría falso y hasta jocoso, si repaso todo lo que hice por ti (creyendo que lo considerarías) estoy seguro que dentro de un reality quedaría como ganador. No conozco alguien con más fe que yo (confundiendo la fe con ingenuidad) y es que cuando uno está bajo el conjuro de unos ojos así, no es capaz de fabricar pensamientos coherentes y eficaces.
Te odio, tal vez, te necesito, probablemente. No conozco otra forma de vivir y eso de evolucionar no se me da. Sé que no quedan opciones, ya no eres parte de mí, pero te quiero, estás distante de mí ser y sin embargo te vivo, respiro, te siento. No eres tú; eso es seguro; no es tu culpa, tú ni siquiera sabes de mí o por lo menos no te interesa.
¿Será que enfermo vivo y no paso de la negación de mi precaria condición? Es para mí tu vida esquirlas de otrora felicidad. Son ansias de regresar y anhelos de no verte. Sufro contigo y sin ti. Si lo del mal necesario es real, tú eres la evidencia y yo las consecuencias.
A veces cuando cansado de llorar por lo que no pasó, por lo que quizás hubiese pasado, por lo que que sí pasó; mi mente ahogada de rabia e impávida de pánico se duerme en las ideas de un quizás...sueño y sueño y sueño más. Ay si estuvieras, si vieras, si fueras. Como saber si te superaré si al mismo tiempo quiero seguir sufriendo. Es tan tonto el amor y tan vano el destino, tan frágil tú, tan débil yo. Y si murieras ¿Qué haría yo? maldita sea...nada, simplemente nada y sin embargo mi mente no coordina ideas no enlaza pensamientos. Yo, lo acepto, soy un simple papel mojado por la lluvia, tirado en la vereda del destino, que algún día tuvo escrito una historia de amor muy bella, pero que de tanto llanto sólo tiene en sus antes blancas ilusiones, negras manchas de dolor mezclado con ensueños, pálidos de tanto esperar.
Romeo murió seguro de ser correspondido y su muerte valió la pena, pero y mi vida ¿Vale algo?, ¿Quien recuerda a los cobardes?.. Sí, te casaste, maldita bruja, mi amada, mi némesis, mi ángel. No tuve el valor, no lo conozco, solo sirvo para vivir en las sombras, como un hongo que se alimenta de lo que otros desechan, que no anhela nada más que lo lúgubre de las tinieblas. Te amé, sí, pero se que tambien te olvidaré, tal vez.
Mientras tanto la muerte es mi anhelo, y dormir mi pasatiempo. No sé otra forma de olvidar, me quedé tan débil que amar a otra no se me ocurre. Ya no tengo nada que ofrecer, ya para qué, eres mi esfuerzo y mi fracaso, lo que formé y lo que me mató.
Te olvidaré sí, tal vez. Quizá vuelva amar, pero no así, por que cuando este latiendo mi corazón por otra alma, sus latidos dirán tu nombre y lloraré.
Pedirte que vuelvas, tal vez, pero aún si regresaras no serias la misma y yo no te amaré igual. Por que es mi desdicha y la de toda la humanidad  vivir amando lo que éramos y odiando lo que somos, en un sueño macabro dormimos y nuestra realidad es el producto de nuestro pasado.
Te ame sí, pero también te olvidaré, tal vez.

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